domingo, 15 de febrero de 2009

Reflexión sobre la integración de la tecnología en la educación.

Las posibilidades de la tecnología son infinitas. Depende de nosotros cómo la usemos. En el tema de la educación para la paz las posibilidades no solo están desaprovechadas, sino que además, las tecnologías de la información influyen negativamente.

Al encender la televisión es común ver telebasura, principalmente aquí en España. No existe ningún espacio instructivo, apenas los hay culturales o de real interés. Lo que predomina son los programas que, o no aportan nada, o lo hacen para mal. Audiencia por encima de todo. El máximo exponente de ésto son los “programas del corazón”, Decenas de ellos, todos iguales, donde lo que importa es el morbo a cualquier precio, puesto que eso es lo que da más audiencia. Las personas que salen en programas así suelen comportarse totalmente al contrario de las normas y las pautas para una buena convivencia. Discusiones y peleas es lo más normal, no se respeta a los demás ni el turno de palabra, etc.

En otros países existen programas íntegramente educativos, dirigidos a los niños. Se los puede dejar con tranquilidad viendo la televisión, sabiendo que les aportará cosas positivas. Con la televisión normal, lo único que consiguen son contravalores a los correctos. Por la mañana aprenderán en la escuela y por la tarde lo perderán en casa.

Lo más preocupante es que ésta es la televisión que la gente normalmente ve. No interesan programas instructivos, solo morbo y violencia. Si se lo propusieran, se podría hacer de la programación televisiva algo decente. Por desgracia, no interesa.

Tema aparte es el de Internet. Aquí hay espacios de todo tipo. Los hay, igual que en la televisión, perjudiciales. Pero sabiendo cuáles visitar, se puede reforzar la educación de los más pequeños. Hay infinidad de páginas destinadas a ellos, con juegos y entretenimientos, que a la vez les aportan valores positivos. Además, con las posibilidades de comunicación, pueden hablar con personas de cualquier punto del globo. Usada bien, esta posibilidad puede enseñar las formas de vida de otras culturas y de otros países y todo lo que eso conlleva, como fomentar la empatía y la comprensión.


Respecto a las tecnologías en el aula, como se ha dicho, las posibilidades son enormes. Las clases se pueden enriquecer mucho introduciéndolas. Desde sustituir el típico libro de texto por diapositivas, por ejemplo, hasta lograr una intervención mucho mas activa de los alumnos, ya sea en clase o desde su casa, a través de Internet. Simplemente a través de un blog, como estamos haciendo en esta asignatura, se consigue una mayor implicación por parte de los niños. Para ellos puede ser divertido a la vez que novedoso, y tratarlo con motivación.

Dentro de la propia aula se podría disponer de ordenadores. Con esto se puede conseguir que cada niño intervenga y se motive más. Las clases pueden ser menos monótonas. A la vez que el profesor habla puede reforzar su discurso con imágenes o sonidos por ejemplo.

Hay muchas más posibilidades de actividades, tantas como ideas de los profesores dispuestos a ello.

Sin embargo, la integración de las tecnologías en las aulas es difícil por cuestiones económicas. Normalmente los centros no disponen de muchos recursos. Para el profesor, es complicado llevar materiales si no son pagados de su propio bolsillo, y mucho mas disponer de ordenadores en el centro.

En conclusión, las tecnologías son un recurso que puede llegar a ser muy útil, pero que aún está muy desaprovechado. Faltan medios y, sobre todo, voluntad.

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